Abner Barrera
La empresa periodística comercial
transnacional CNN envió a Venezuela con algunos días de anticipación a las
elecciones, a su equipo de publicistas para preparar los ánimos, y sumarse luego
a la celebración del triunfo de Henrique Capriles, para quien habían venido
trabajando desde Atlanta hace medio año.
En los últimos meses la sede de ese
medio sirvió para calumniar, a toda hora y en todos los programas a Hugo Chávez.
Los periodistas que ahí laboran, con poca o ninguna cultura política, aplaudían
a los “analistas” invitados en la satanización que hacían al líder bolivariano.
Basta ver las “entrevistas” con Andrés Oppenheimer, Álvaro Uribe, Mario Vargas
Llosa, Carlos Alberto Montaner y otros neoliberales de la caverna
latinoamericana. Un bostezo o una mueca de esos “ilustres”, a favor de Capriles
o en contra de Chávez, eran reproducidos sistemáticamente.
Contra todos los pronósticos de las
encuestas realizadas por empresas responsables que anunciaban que Chávez ganaría
el 07 de Octubre por 10 puntos de ventaja (como en efecto ha sido el resultado
dado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela), CNN insinuó e insistió
previo a las elecciones, que las diferencias se habían reducido y que ambos
candidatos llegaban al 07 de octubre en un empate técnico. Este anuncio se
convirtió en una orgía publicitaria que tuvo eco en todos los medios de la
oligarquía en América Latina, Miami y Madrid. Ya a mediados de setiembre
Capriles “entrevistado” por Oppenhaimer afirmó categóricamente que él iba a ganar
las elecciones (según encuestas ‘serias’ y ‘neutrales’) con un millón de votos
de diferencia.
Los publicistas de CNN Janiot,
Palacios y del Rincón acostumbrados a ver en sus países (Colombia y México)
irregularidades en los procesos electorales, llegaron a Caracas frotándose las
manos, para gritar ¡Fraude! ¡Fraude! en caso no ganara Capriles, atribuyendo
posibles anomalías al Consejo Nacional Electoral. Estos artistas “no” estaban
enterados que personalidades confiables de distintas países habían ratificado
que el Sistema Electoral Venezolano es un ejemplo para el mundo.
El mismo 07 de octubre Vargas Llosa
escribió en el diario español El País, que el chavismo iba tratar de manipular
los resultados y que según las últimas encuestas Capriles tenía entre dos y
cuatro puntos de ventaja. El desbocado, creyendo que influye con sus diatribas
aseveró que debido a la enfermedad que sufre Chávez –aunque él dice que ha
vencido al cáncer- “el riesgo de que si lo reeligen no esté en condiciones de
seguir gobernando, es enorme”, y propone que debería convocarse a nuevas
elecciones en un plazo de tres meses en las que ganaría Capriles. Como puede
verse, Vargas ha empezado a escribir una nueva novela.
Por su parte el agente de la CIA
Montaner dijo también el 07 de octubre en El Nuevo Herald (panfleto de los
contrarrevolucionarios batistianos de Miami) que Capriles ganará las elecciones
por un margen de 600.000 a 900.000 votos. Y al final de su artículo, se auto
consuela, anunciando como profeta apocalíptico lo siguiente: “Puesto que el fin
del chavismo, gane o pierda estas elecciones, está tan próximo como lo disponga
el grave cáncer que padece su líder”.
Para ninguna elección presidencial en
otro país de América Latina hubo tanto despliegue periodístico. Por algunos días
la mirada de todo el mundo estuvo puesta en Venezuela, no en vano llegaron diez
mil periodistas a Caracas. El imperio jugó ahí una de sus cartas “fuertes”, para
recuperar
la región. De ahí que el triunfo de Chávez es motivo de alegría y esperanza para
las fuerzas progresistas del mundo. Mientras los simpatizantes de la revolución
bolivariana celebraron con júbilo la victoria, otras imágenes mostraron a los
ricos llorando en Caracas y Miami.
Para estas elecciones las empresas
traficantes de la información al servicio de los emporios de poder económico
apostaron sin reserva por el candidato de la oligarquía, anunciando de antemano
el triunfo. El periodista César Lévano dice: “Si los grandes diarios y
las televisoras mayores de América Latina votaran en Venezuela, el
triunfo de Henrique Capriles, rival de Hugo Chávez, estaría asegurado” (La
Primera, Lima Perú). Hoy desde sus heridas abiertas, el poder mediático sostiene que ha
sido un triunfo ajustado. ¡Mentira! Chávez no ha ganado por uno o dos puntos,
Chávez ha ganado con una diferencia importante de diez puntos (más de un millón
y medio de votos).
A nadie le queda dudas que Capriles
era el candidato no solo de la oligarquía venezolana sino de la misma Casa
Blanca, de ahí el apoyo periodístico que tuvo. Chávez acuerpado por el pueblo
bolivariano le asestó un duro golpe a la oligarquía venezolana, a la Casa Blanca
y como en ninguna otra elección, al poder mediático y maniático
comercial.
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