Vargas Llosa ¿escritor o provocador profesional?
Carlos Angulo Rivas*
No hay nada que hacer. Los medios de comunicación nos quieren tener jalados de las orejas. Nos quieren hacer creer todo lo que los empresarios y las mafias internacionales del dinero fácil nos endilgan como noticia. Digo dinero fácil porque estos empresarios de los medios de comunicación, la prensa y la TV, están financiados generosamente por los intereses de la ultraderecha norteamericana y la CIA; y con ese dinero en la bolsa son capaces de mentir y distorsionar la verdad con el exquisito gusto de los filibusteros. Mario Vargas Llosa, un escritor venido a menos en el contexto de la literatura, después de cobijarse con sus primeras obras en el boom latinoamericano, cuando a capa y espada defendía a la revolución cubana, hoy se presta al juego de los sucios intereses imperialistas haciéndose pasar por víctima de la intolerancia del gobierno bolivariano de Venezuela. ¿Cuál intolerancia, la de permanecer unos minutos en el aeropuerto? Ni que fuera el Sumo Pontífice para que pase así nomás, sabiendo que viene a provocar situaciones de vandalismo en un país ajeno. Sabiendo que llega a auspiciar las marchas de la pituquería venezolana que ha perdido los privilegios de mofarse del pueblo y manejarlo a su regalado gusto; y no sólo de manejarlo y manipularlo, que ya es bastante, sino de robarle su patrimonio nacional y los recursos naturales mediante contratos leoninos de exacción que enriquecieron a más no poder a ladrones contumaces del calibre de Carlos Andrés Pérez y sus secuaces.
No hace mucho, cuatro semanas atrás para ser precisos, el famoso compositor cubano y fundador de la “nueva trova” Silvio Rodríguez, no sólo fue demorado unos minutos en el aeropuerto de llegada sino prohibido de embarcarse en el avión y por supuesto de tocar Nueva York, donde estaba invitado a cantar en un concierto de homenaje a su amigo Pete Seeger, cantautor quien cumplía noventa años de edad. Simplemente a Silvio Rodríguez le negaron la visa. ¿Alguien escuchó decir algo a Vargas Llosa frente a este inaudito atropello? ¿Alguno de los especialistas en armar escándalos de la nada, los empresarios de la prensa y la TV, según dicen en defensa de la libertad y la democracia, llamaron intolerante al gobierno de Barack Obama? Silvio Rodríguez no venía a hacer declaraciones políticas, ni a agitar a los opositores políticos de nadie, ni a insultar a los presidentes, sino a cantar pero fue prohibido por los promotores de la libertad y la democracia del gusto de Mario Vargas Llosa.
Bueno y no sólo prohibieron la visita de Silvio Rodríguez sino también se la han agarrado contra las esposas de los cinco héroes cubanos acusados falsamente de terrorismo y sentenciados a prisión en Estados Unidos. Y este no es sólo un caso de libertad sino de humanidad. Los familiares obtuvieron del gobierno de Gobierno de Estados Unidos, a través de su Sección de Intereses de Norteamérica en La Habana, la autorización de una visa de visita cada 12 meses o al menos cada año y medio; sin embargo, a Olga Salanueva, esposa de René González, el Gobierno de Estados Unidos le ha negado visitar a su esposo desde el 2002 y hasta la fecha no le permiten el derecho a viajar a ese país; lo mismo sucede con Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, quien no ha vuelto obtener más permisos para viajar a ese país desde cuando a su llegada al aeropuerto de Houston, Texas, el 25 de Julio de 2002, las autoridades locales la mantuvieron detenida arbitrariamente durante 11 horas, negándole el acceso a los funcionarios consulares cubanos y revocando su visa. Aquí Mario Vargas Llosa y sus compañeros de ruta de la prensa y la TV tampoco dijeron nada de nada y menos atacaron a la administració n norteamericana de intolerante o cosas por el estilo.
¿No se estará volviendo loco don Mario, en este momento en Caracas, revisando su ardorosa defensa a la revolución cubana de antaño, a efecto luego de poder renegar de los principios básicos del existir humano, el derecho a la igualdad, a la justicia y a la razón? Algo de aquello debe haber, puesto que Mario ganado por la frivolidad del mundo capitalista, la vanidad enfermiza y el brillo del oro, ya no escribe como al comienzo de su carrera y en los últimos tiempos sus novelas o novelillas dejan mucho que desear con madrastras incestuosas y chicas malas o crónicas recreadas de lo ya escrito por otros como la historieta del dictador dominicano Rafael Trujillo. Y también dejan mucho que desear cuando confunde la ficción con un monumento de mentiras en paraísos de la otra esquina denostando a la luchadora social Flora Tristán y a su nieto el gran pintor Paúl Gauguin, además con nombre propio; ni que hablar de la Tía Julia y el escribidor donde a su ex esposa denigra sin clemencia alguna; tal vez a don Mario mejor le queda el papel de don Rigoberto sin muchos cuadernos porque se retrata él mismo con todas sus frustraciones o la no ficción “el pez en el agua,” autobiografía de su fracaso electoral frente a un japonés. En realidad, sus novelas dejaron de ser tales hace mucho tiempo para dar paso al entretenimiento comercial de fácil venta de las editoriales, para entretenimiento de la burguesía, pues. No se engañe de sus éxitos don Mario ni se maree con los premios. Todo es posible en la economía de mercado, en el free market. Con razón el ministro de Cultura de Venezuela lo ha llamado a usted ex intelectual. Otra cosa es hablar de Saramago, Gunter Grass, García Márquez, Harold Pinter o Toni Morrison, para no hablar de los clásicos de la literatura universal.
Y por eso también, oiga don Mario, usted tiene aliados y defensores no muy santos, vergonzosos digamos. Si no como explica su gran amistad con elementos tan desprestigiados como Plinio Apuleyo, Carlos Alberto Montaner, Sebastian Piñeira, Enrique Krause, Manuel Espino Barrientos, Belisario Betancourt, Andrés Pastrana, Otto Guevara, Jorge Quiroga, Jorge Castañeda y otros esperpentos ultraderechistas financiados por la CIA. Y conste que no le critico su posición conservadora y neoliberal, tal vez usted haya llegado a la conclusión de que el capitalismo salvaje, hoy en crisis, criticado por Juan Pablo II, sea lo mejor para los pueblos del tercer mundo; total esa es la opción ideológica escogida por usted. Más bien gustaría a todos que usted defienda esos principios fundamentalistas de los “Chicago boys” impuestos por la dupla Reagan – Thatcher, nos gustaría escucharlo hablando de manera honesta sin atacar furiosamente a quienes no le creen ni pueden creerle. Debería ser usted ser más sustantivo y menos adjetivo, debería usted demostrarnos con ejemplos precisos en que país latinoamericano o del mundo, sobre todo en los de sus amigos, se acabó el analfabetismo y la gente puede tener salud, educación, comida y trabajo digno. Un solo ejemplo podría satisfacernos. No caiga en ridículo del prestigioso aventurero, convenga que el mundo ha cambiado y usted permanece anacrónico llegando a Caracas con frases maltrechas de “dictaduras comunistas” “totalitarismos” y otras lindezas pasadas de moda. Parece que usted se quedó con el vocabulario de la “guerra fría” don Mario. Ni siquiera ha advertido que esa “guerra” terminó hace casi veinte años ¿no ha leído a su colega Gunter Grass?
Las piezas oratorias de museo déjelas en su lugar, son parte de la historia como parte de la historia es su condición de intelectual. Le recomendamos de buen corazón, no sea obsoleto. Está claro don Mario que usted no defiende principios sino los actos delincuenciales de la corrupción endémica latinoamericana. En nombre de una libertad abstracta y una democracia inexistente, defiende a delincuentes de la talla de Carlos Menem, Salinas de Gortari, Alan García, Sánchez de Lozada, Carlos Andrés Pérez y otros similares. Por eso ellos y sus malas juntas son los únicos que lo ponderan, lo animan y lo defienden. Y por ello también, bien ganado se lo tiene, el calificativo de ex intelectual dado por el ministro de cultura bolivariano, quien lúcido ha advertido donde termina el escritor para dar paso al provocador político profesional. Tanto bombo para decir algo que los latinoamericanos de corazón recibimos con beneplácito y ojala se cumpla su predicción aquella de: “Venezuela se convertirá en la segunda Cuba de América Latina.” Ojala que toda Latinoamérica tenga los índices sociales que exhibe Cuba en las estadísticas de la Naciones Unidas, ojala la democracia participativa se inscriba en la historia de nuestros pueblos, sea una realidad, bajo la égida de José Martí y Simón Bolívar.
*Poeta y escritor peruano residente en Canadá.
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