En conformidad al reporte, en 2008 el país se ubicaba en el puesto 35 y este año paso a ubicarse en el 43 (revisar el cuadro). Hemos retrocedido 8 posiciones durante estos últimos tres años.
Cuadro: Ubicación del Perú en el ranking de competitividad
Fuente: IMD. Elaboración: Otra Mirada
Para obtener la posición de un país en el ranking de competitividad, el IMD utiliza cuatro variables explicativas: el performance económico, la eficiencia del Gobierno, la eficiencia de los negocios o empresa privada y la infraestructura. Tal como puede observarse en el cuadro entre 2008 y 2011 el país ha bajado sistemáticamente en todos estos rubros.
Competitividad es productividad y el incremento de la productividad de un país se produce cuando se promueve e invierte en una educación de calidad (capital humano), en ciencia e innovación tecnología. Es así de claro, aquí no hay misterios, ni nadie está descubriendo nada nuevo. Hace muchos años que la literatura económica (desde los clásicos como Schumpeter) es clara en este tema.
Por lo tanto no debe sorprendernos que el Perú se ubique en el penúltimo puesto en el rubro de de infraestructura tecnológica (58 de 59 países) y el cuarto peor en infraestructura científica (56 de 59 países); lo que nos ubica penúltimos en el rubro de infraestructura. Además de acuerdo al Programa Estatal de Ciencia y Tecnología (FINCyT), en las empresas nacionales de más de 2,000 trabajadores solo 3 pertenecen al área de investigación-ciencia y tecnología (si es que la empresa cuenta con ésta área). En el mejor de los casos, esto representa el 0.2% del total de los trabajadores de estas empresas: 1 de 500 trabajadores. Asimismo, del total de patentes registradas, solo el 5% pertenece a empresas nacionales. Las cifras son claras.
El año pasado visitó el país Micahel Porter quién es profesor del Harvard Bussines School y uno de los principales referentes mundiales en el tema de competitividad económica. El profesor Porter enfatizó la ausencia de una estrategia de largo plazo en temas de competitividad en el país. De acuerdo a Porter, el Perú carece de un horizonte claro en términos de competitividad: solo hay medidas de carácter cortoplacista. Poco o nada se ha avanzado en reformas estructurales. La respuesta del Gobierno y de gran parte del gremio empresarial ya todos la conocemos y los resultados pueden verse con las cifras que hemos revisado.
No puede hablarse de promover la competitividad o productividad en una economía en base a la supresión de los derechos laborales. Fomentar mano de obra barata con los contratos administrativos de Servicios (CAS) o las famosas “Services” no tiene sentido lógico, ni económico, ni democrático (pues se atenta contra los derechos legítimos de los trabajadores). Asimismo, este tipo de contratos reproducen relaciones sociales propias del siglo XIX en el país. Lo que el profesor de la Universidad del Pacifico (UP) Bruno Seminario llama una versión renovada de la esclavitud¹.
Para cerrar, conocidos los resultados oficiales al 98.16% de las actas contabilizadas es un hecho el triunfo de Gana Perú. Tal como lo señalamos en el editorial de la semana pasada, desde Otra Mirada estaremos atentos y vigilantes desde una óptica crítica a esta nueva gestión. En ese sentido, una de las primeras tareas para los próximos cinco años es revisar lo concerniente a la verdadera promoción de la productividad económica en el país. Solo con mayor trabajo productivo seremos más competitivos, el resto es ilusión.
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